Y demasiado para mí.
martes, 17 de agosto de 2010
Vidas que dejé cruzadas.
Me ha quedado por decirte que por mucho que me quieras nunca he sido suficiente. Que tu risa no ha dejado de crujir conmigo nunca. Me ha quedado por decirte que tus ojos me han devuelto más de una vez la vida. Que lo sé, que lo sé todo pero soy tan cobarde... Que huyo a escondidas de mí, de ti y de todos los que pisan nuestro suelo. Que no dejo de pensar en cómo puedo hacerles tanto daño. Me ha quedado por decirte que no soporto no ser yo. Que no aguanto que puedas seguir sin mí. Que nadie me había querido así antes. Me ha quedado por decirte que lo siento, por haberte elegido a ti como venganza. Que quería ver lo que se sentía. Que tú has sido ese único, el resumen de todo y de nada. Me ha quedado por decirte que lamento no haber recogido todo lo que cayó sobre mis pies. Y todo lo que calló. Que te agradezco haberme soltado a la cara la verdad hasta rabiar. Me he quedado sin hablarte de todo, de todos y cada uno de mis pensamientos. Sin avisarte de que sigo aún aquí, y desde siempre. Me he quedado sin besarte y ya no sé ni cuantas veces, porque sí. Me he quedado sin contarte que no tengo solución, que desde que apareciste el mundo parece haber girado en otro sentido y de otra forma, para nada. Que no hace falta buscarle explicación. Me he quedado sin quererte suficiente. Mente poco.
martes, 3 de agosto de 2010
Todo tu miedo en un puñado de polvo.
Esperas a que todos los recuerdos pasen como una ráfaga por tu cabeza y entonces comprendes. Y empiezas a repasar uno a uno todos los momentos. Te sientes estúpida y a la vez tan libre... Estúpida por creer que eras tú el problema y libre, libre por saber que no lo eras. Reconoces que sí, que estás encantada de escuchar esas palabras, pero que no, que nunca lo has sabido del todo. Piensas joder, ya está, se ha acabado... pero en fin, qué mas da, tampoco servía de nada. Pero eso no te tranquiliza, siempre has sido mucho, mucho más egoísta de lo que creías. Cierras tus ojitos y ríes, con esa risa nerviosa que aparece como para intentar salvarte del resto. En el fondo no sabes muy bien como sentirte. Y no, por una vez en tu vida no te echas a llorar y te lamentas. Recuerdas que te prometiste no hacerlo ya más. Nunca más.
Podrías hacer algo...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)