martes, 22 de febrero de 2011
sábado, 19 de febrero de 2011
''Si hasta tú te has olvidado de ti''. Da la sensación de estar resquebrajada, rota, agrietada. Y hueca, como las muñecas rusas, vacía, rellena a veces, cuando se la necesita, rellena de los problemas de otros. Como si no tuviera una vida propia, privada, nada que la llene. Ya se ha olvidado de eso, ni siquiera piensa en ello, no se acuerda. Para ella la vida se ha vuelto mucho más rutinaria y material, se mueve de aquí para allá porque lo tiene que hacer. No tiene sus propios deseos ni sueños. Dan ganas de curarla, de pegar con celo los trozos que quedan de ella. Y esos ojos tan grandes, preparados para contener todo tipo de ilusión, y sin embargo desperdiciados al vacío. Ve caras familiares, las almacena, vive. Es como si la gente pasara a su lado deprisa, caminando hacia otro lado, con los ojos puestos en lo siguiente. A veces incluso se chocan con ella, disculpa, dicen, es que llevo prisa; y ella sonríe como puede. Se respira su...halo. Quieres abrazarla cuando la ves, con la esperanza de encontrar la manera de reconstruirla, pero al contrario, la abrazas y entonces tienes miedo de romperla. La idea de salvarla, de rescatarla suena tan lejana... casi imposible. Igual necesita que la griten, que se paren a su lado lo suficiente como para gritarla, y que despierte con ganas de vivir. Que alguien la mire fuerte, como un golpe. Está al otro lado del pozo...demasiado lejos para alcanzarla, la cuerda ni siquiera se acerca. Agarrarse a algo, pero no a cualquiera.
miércoles, 2 de febrero de 2011
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