La cabeza repleta, todas las ideas atrincheradas, ninguna clara, cualquier estupidez, sin explicarme a mi misma las sensaciones, hablando con mi cabeza, durmiendo, retardando la realidad, ni que se me entienda ni me esfuerzo, tumbada en la cama, cerrando los ojos y viendo que hay por ahí arriba, esperando que el tiempo traiga acontecimientos, tragando, revolviendo, moviendo los dedos por encima de esta caja, estirándome como la goma y esta broma, dentro de la vida, tragando saliva, hacia abajo, dejándolo pa mañana,
yo no soy yo
soy ese cuerpo que habito
esa que viste por la calle
en el bus, en un bar, por la noche, desde la ventana,
Ritmo vertical
lunes, 9 de septiembre de 2013
lunes, 2 de enero de 2012
Tiendo a creer que los errores van ir creando una barrera de conclusiones que me servirán, en algún otro momento para anular otro posible error. Pero la realidad es que nunca voy a terminar por completar el listado de errores por cometer entonces...lo que estoy aprendiendo no me está sirviendo para nada.
(Hola, cabeza)
miércoles, 5 de octubre de 2011
Yo no soy...
No se trata de contar, de numerar los buenos recuerdos, de etiquetar los lugares, de revisar los fracasos, de clasificar los amores...es algo más. No es cuestión de fingir, de intentar seducir, de buscar, de tratar de ganar...está más allá. Quiero decir que hay algo por encima de todo esto. No quiero tener que encontrar y modificar mi imagen ante el mundo porque entonces y sin más remedio voy a olvidarme de lo que quiera que tenga dentro en realidad.
martes, 13 de septiembre de 2011
La justificación de todos los hechos y desechos de esta vida se resumen a por-qué no(?). Arrastrarse por mi cabeza es como recoger los restos de la conciencia que aún no ha dado tiempo a desterrar. Cuando suelto algo, un poco, me libero. Es decir cuando cuento mi historia, la bola que me ronda por la mente en este día, en aquel, entonces dejo un poco de todo eso en la otra persona y ya no importa tanto.
Y después, aparte, lejos de todo...sueño.
jueves, 25 de agosto de 2011
Después de tanto tiempo sin escribir me siento aquí como una extraña y... parece que no tengo nada que decir. Lo cierto es que no sé como debería hablar y qué contar porque he perdido la costumbre de dejarlo sellado. Dejar de escribir es una forma de cerrar los ojos. Así que no sé si eso es bueno o malo. Suelo sacar lo malo siempre, lo suelto y si no lo encuentro no sé como expresar el resto. Pero es como me gusta. Creo que me vuelvo otra persona cuando cuento todo esto.
Me he dado cuenta de todo lo que se esconde detrás de las paredes de un cuerpo y de todo lo que se puede rescatar. Y a veces simplemente hay que rascar o pararse a observar para encontrar algo más.
El poder de las palabras.
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