jueves, 25 de agosto de 2011

Después de tanto tiempo sin escribir me siento aquí como una extraña y... parece que no tengo nada que decir. Lo cierto es que no sé como debería hablar y qué contar porque he perdido la costumbre de dejarlo sellado. Dejar de escribir es una forma de cerrar los ojos. Así que no sé si eso es bueno o malo. Suelo sacar lo malo siempre, lo suelto y si no lo encuentro no sé como expresar el resto. Pero es como me gusta. Creo que me vuelvo otra persona cuando cuento todo esto.
Me he dado cuenta de todo lo que se esconde detrás de las paredes de un cuerpo y de todo lo que se puede rescatar. Y a veces simplemente hay que rascar o pararse a observar para encontrar algo más.
El poder de las palabras.

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