Qué sé yo de almas azules, de mentes privilegiadas o de ciudades encantadas. Por cada paso que doy gano doscientos. Llegamos a lo más alto, haciendo nudos en el viento y dejamos todo por un simple desencuentro. Matiz. Todo de depende de. ¿Qué? De ti, de mí. Volvamos a sentir. Gritemos por vivir.
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