El monstruo del armario nos ha hecho sentir que debemos descubrirnos, reemplazarnos, asustarnos, demostrarnos. Escondite interminable, dentro de tí, de mí misma. Y cerremos las puertas por si se escapa. He ido dejando señales por las esquinas, por si alguna vez me pierdo. Miradas infinitas, y a cada paso, un universo(sobre mí). Eterno. Interminable. Amenaza-door. Y el sabor a viento frío, congelado, en la mirada. Dinosaurios del siglo veintiuno.
Así que hice ¡chás!
... y desapareciste? Y te encontraste?
ResponderEliminarMe gustaron mucho tus juegos de palabras.
Un abrazo y un abracadabra anti dinosaurios.
Y apareciste a su lado.
ResponderEliminarHay un autor, que no recuerdo demasiado bien, que escribio un cuento en una sola frase. Ya que en ella resumia, presentación, nudo y desenlace: " Y cuando se despertó el dinosaurio todavía estaba allí".
C'est la vie. ¡Get the life!
Hago chás! Esa canción me recuerda a un ex que tenía bigote. Qué habrá sido de él?
ResponderEliminarMira tú, coincido con la camarera. Qué bien enumeras los juegos de palabras.
Caí por casualidad y me fascinó...
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