lunes, 6 de julio de 2009

Desordenada

Des-ordenada. Como mi habitación. Como mi vida.
He pensado en dejarlo, el escribir, por un tiempo. Pero sé que volveré...ya que no puedo expresar a nadie lo que siento, tendré que dejarlo aquí, hasta que no lo necesite.
Me pudres, ¿sabes? Es tu culpa...pero es la mía. Es ridículo, siempre te acusé de no dejarme marchar, y ahora, que te da igual si voy o si vengo, que no sé nada de ti aparte de lo que dice el mundo, que estoy segura de que soltarás un "yo con esa ya no hablo...", que si nos cruzamos por la calle bajarás la mirada, yo sigo aquí. Tampoco te pido que vuelvas, es mucho esfuerzo. O será que no me gusta admitirlo, será que me convenzo de que no te espero porque tú eres el que pasas. Será que me gusta sufrir. A lo mejor un día te vas de mi cabeza como te fuiste de mi vida. Tengo miedo, ¿y si no sé desengacharme?. Dicen que el tiempo lo cura todo, tiempo hay por todas partes. Siempre he pensado que nos encontraremos dentro de mucho tiempo, que tú seguirás igual de cabrón y yo igual de gilipollas, que tú me pararás por la calle y se me formará un nudo en la garganta, que me sonreirás como hacías siempre, pero como si nunca hubiera ocurrido nada, que me quedaré perdida en tu mirada como me ocurrió al conocerte, que acabaremos susurrándonos, aprendiéndonos, queriéndote, pero sólo una vez más, y entonces dejará de perseguirme tu recuerdo, cerraré con llave tu apartado.

Seré yo y mi orgullo, parece que cada vez permito menos gracias. Me da la sensación de estar echando a todo el mundo de mi lado. Creo que estoy hecha para estar sola, sinceramente. Tengo cambios de humor demasiado bruscos que podrían alterar las situaciones. A veces me encuentro conmigo misma en una esquina y entablamos conversación. A lo mejor he empezado demasiado rápido, ya sea a sufrir, o, por si suena demasiado débil, a sentir. Será que mi madre siempre me creyó una adulta y me acerco demasiado a todo, hasta el punto de que queme. Aunque no lo crea, el mundo es demasiado grande para mí, y tendría que esperar, supongo que lo que espero conseguir siempre es dos veces más grande de lo normal. Si fuera como las niñas de mi clase viviría en un país multicolor. No lo prefiero. Prefiero ser diferente, prefiero elegir y enjuiciar. Y me construyo a mi misma a cachos. Desordenada, des-ordenada. Mirar alrededor y sentirme acompañada del movimiento. Me propongo conocerme un poco más cada día, cada experiencia. Quemando etapas, y sin quemarlas, con el fuego a rás. Creando vidas ajenas, personas que no aparecerán más que en mis sueños. Ojalá. Preocupándome y despreocupándome. Acercando mis pies al suelo, hasta que toque tierra, pero mientras tanto, sin alejarme demasiado, que por peores tiempos he pasado y nada es demasiado importante. Pobre ingenua de mí...



¿Y si...?

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