Has mirado a tu alrededor, dejando atrás varias etapas. Sucediendo, resurgiendo. Esta eres tú, estás aquí, aunque a veces no lo parezca, aunque estés intermitente. Tienes dos mundos paralelos, en uno de ellos estás segura, en el otro, sin embargo, tienes miedo, desconfías. A veces, tienes que acercarte tanto al otro mundo, que el esfuerzo acaba con una parte de ese miedo, y le sonríes. Pero...atenta, mira hacia atrás...¡no! No te conformes con la primera parada, busca en la segunda. ¿Te ves? Te sentías tan pequeñita...Aquellos días vivías en un único mundo, sólo conocías miedo, te empapabas en él, como en un pozo. Con el tiempo dijiste adiós. Ahora mira aquí, ¿ves? estabas en blanco, en monotonía. Pasó, y entonces, todo hizo...¡PUM! Vino tanta luz y tanto fuego...A veces, alguien te susurraba al oído que ibas a perder el juego, y que, tan pronto como había venido todo, se iba a ir. Y así ocurrió. Inquieta, te tiraste al pozo, para no ver el sol, ni tampoco el mundo, eras tan débil que parecías de cristal. En cambio, mira aquí. Sientes que puedes, y puedes. Sientes rojo, y sientes azul. Y, ¿sabes qué? Que creo que podrás vencer al otro mundo. Que creo que sembrarás de nuevo confianza y esperanza, que creo que volverás a creer. Que todos los mundos serán seguros para ti, que los harás tuyos.
Que, con el tiempo, comenzarás
A romper las telarañas de tu corazón.
Aquí está la fuerza, ha llamado a la puerta...dice que se queda aquí, que no se va.
No hay comentarios:
Publicar un comentario