martes, 3 de noviembre de 2009

Miradas de cristal.

Me acuerdo de su primer amor, creo que el primero y el último; el resto fueron solo intereses. Era su vecino de enfrente, estaban ventana con ventana. Hablaban mediante señas, luces, sonrisas, miradas, persianas bajadas, subidas... Le adoraba, le amaba hasta rabiar, hasta la médula, hasta el fondo, de arriba a abajo. Recuerdo sus rebotes cuando él no la miraba o no aparecía, entonces apagaba todas las luces y bajaba las persianas hasta abajo, después se sentaba sobre la cama enfadada, esperando. Se cruzaban por los pasillos sin decir una sola palabra, aparentemente. Recuerdo que llegaba y esperaba novedades, interesada, dejaba que me contara cada detalle de cada expresión. Sólo un día, una vez, coincidieron en el 47, con un beso y 50 miradas de cristal.

6 comentarios:

  1. Eso es una historia personal contada desde afuera...pillina...
    Los ojos siempre nos brillan cuando estamos delante de quien amamos...

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  2. El amor no existe, sólo fueron fantasías.
    Pero a saber que se yo de la vida que con diecisiete años aún busco al hombre con el que escribir al menos un párrafo de historia.

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  3. el resto fueron intereses.
    me gusto mucho eso, chavalina (:

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  4. bueno, las cosas en la vida siguen pasando, y a ella seguro que le pasarán
    unsaludo:)

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