martes, 4 de mayo de 2010

Y cuando te hablo así no sabes qué pretendo.

Parpadeo ante estos latidos paralelos a mí. Resucito todos los papeles enterrados bajo mis sábanas. Corrijo al viento e insisto en que cambie de dirección. Desisto en descansar, por hoy, de la cruda realidad. Tiemblo al escuchar cómo crujen los recuerdos. Tú me abrazas. Yo sonrío y rompo a golpes la ansiedad. Creerás en sueños ideados para ti y yo gritaré que no, que no es posible. Veo como caen las palabras, y una mano sobre otra y siento vértigo.
A veces creo que nunca he aprendido.

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