sábado, 1 de agosto de 2009

Aquí, lejos de la sociedad.

Amanece frío, a estas alturas del verano. Las persianas se han encogido hasta esconderse. El espejo dice "buenos días, señorita". Mientras bajo por las escaleras, miradas congeladas me observan modo fotografía. El suelo está frío y mis pies descalzos. Croissant, recién sacado del horno. Llueve a mares. El suelo hace muecas y el viento mueve lo que le apetece. Salgo a empaparme, a escuchar al barro florecer. Unas voces cantan "precaución". Las gotas de agua me acarician, susurrándo versos por mi piel. El marcador indica "cero-cero".Mi letra escribe por mí y mis pasos me acercan al sol. Dicen por ahí que esta noche las estrellas se quedan fuera, no se van a dejar ver. Me he guardado unos cuantos recuerdos en el bolsillo y he tirado al mar algún fracaso. Marea me dice que pa tocar el corazón, es mejor no abrir la boca, y yo, me dedico a cantarselo al poco mundo que tengo cerca. Dice la luna que no duerme, que espera al sol, que le prometió que volvería. A veces, me gusta acordarme de ti, pequeño. De tu sonrisa y de tu manera de mirar(me), de tu descaro y de lo mucho que me ayudaste a olvidarme de todo sin querer. Y yo, me conformo con papel y sueños.

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