martes, 29 de diciembre de 2009

¿Salgo corriendo, o me escondo?

¡Saldré corriendo y me esconderé!
La medida auténtica de la madurez no reside en la edad de una persona, sino en cómo reacciona a la primavera en la zona media de sus calzoncillos. ¿Qué importancia tienen los años, sobre todo si tu apartamento es de renta limitada? Lo que hay que tener presente es que cada época de la vida ofrece sus propias satisfacciones, mientras que si estás muerto es difícil encontrar el interruptor de la luz. El problema principal que plantea la muerte, inherentemente es el temor de que pueda no haber otra vida... un pensamiento deprimente, en particular para aquellos que se han molestado en afeitarse. Asimismo, puede darse el temor de que exista otra vida, pero que nadie sepa dónde se ha metido. En el aspecto positivo, la muerte es una de las pocas cosas que pueden efectuarse estando cómodamente tumbado.
Consideremos, pues: ¿es realmente tan terrible la ancianidad? ¡No, si te has cepillado los dientes con energía! ¿Y por qué no hay tope en el furioso asalto de los años? ¿O un buen hotel por el centro de Indianápolis? Oh, vamos.
En resumen, lo mejor que se puede hacer es comportarse de modo acorde con la propia edad. Si tienes dieciseis años más o menos, procura no quedarte calvo. En el extremo opuesto, si pasas de los ochenta, no hay nada mejor para mantenerse en forma como bajar a la calle arrastrando los pies con una bolsa de papel marrón y murmurar ''El Kaiser me robará el string''. Recordadlo, todo es relativo... o debería serlo. Si no lo es, tendremos que empezar de nuevo.
Woody Allen - Sin plumas


Ay, Woody, Woody...

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pasos de baile.

Miradas rotas, palabras quiebras, piernas temblando. Manos frías, ojos cansados, abrazos. Garganta anudada, espalda cargada, pies congelados. Delirante, expectante, humana. Asustada, temida, intrusa. Ciega, muda, sorda. Desnuda, despedazada, desatada. Tempestad, vendaval, tormenta. Viento, hielo, lluvia. Ruido, ruido, ruido. Mañanas, tarde-s, inviernos. Gritos ahogados, tiempo manchado, abordado. Líneas; arriba, abajo. Poseo; pierdo, recuerdo. Abro; cierro, siento. Vidas, prisas, almas. Humo, vapor, deseo. Equilibrio, distancia, caída. Ausencias, variantes, historias. Insuficiente, inválida, menor. Sintónimo, anónimo, antónimo. Versos, piel, lunas. Nubes, grises, desiertos. Valor-es, regalos, poemas. Comienzos, finales, argumentos. Guión, ensayo, títere. Grito, cristal, transversal. Vosotros, ellos, él/ella. Veneno, sal, invisible.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Existen cielos que yo jamás veré.

Este invierno desafinado, las hojas secas por los suelos, los días claros y vividos por dos, el viento frío, mi flequillo despeinado, escenarios cargados de pasión, vidas ajenas y demolición. Mi cuerpo en tensión, mi nariz arrugada. La estación, el rencor y el perdón, volverán, gritarán, quebrarán, dormiremos bajo nuestro propio reflejo. Después de que mi equilibrio se fuera en un vagón dirección a Francia, las horas volaron en la oscuridad, hice malabarismos con mis temores. Sois la confirmación de mi no-independencia, aunque me cueste admitirlo.






Y sé que, niña, tienes miedo.

sábado, 19 de diciembre de 2009

La marea me dejó...

Ya que me gustaría eliminar la entrada anterior, no sólo porque me desconsuela y me limita, me negativiza y me miente, también porque, Violeta, no puedes llegar a esos límites; me derrumbaré en la cama con un café y música rebotando en mis adentros. Las altas horas de mis noches me desnudan ante mí, y aunque me acuesten, me despiertan, en blanco y abriendo los ojos.

viernes, 18 de diciembre de 2009

¡Creo que voy a empezar a romperme!

¡¿Y si quiero y no puedo qué voy a hacer!? ¡¿Qué voy a hacer!? ¿Y si me muevo en círculos? ¿Y si este más siempre resta? ¿Y si estoy atrapada? ¿Y si no salgo nunca de aquí? ¿Y si no tengo fuerzas? ¿Y si no es suficiente conmigo? ¿Y si me vence el tiempo? ¿Y si (me) pierdo? ¿Y si no avanzo? ¿Y si retrocedo? ¿Y si estoy condenada a mí misma? ¿Y si tienes razón? ¿Y si nadie me entiende? ¿Y si estoy equivocada? ¿Y si desaparezco? ¿Y si me suelto? ¿Y si no hay manera de escapar? ¿Y si esto es todo? ¡¿Qué voy a hacer!? ¡¿Cómo voy a continuar?!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Y es que mientras me hablabas,

la ciudad se inundaba.
Cuando el reloj apuntó las diez el mundo se cayó a mis pies y el cielo se tornó grisáceo. Veía como tus palabras tropezaban al salir de tu garganta, y como mis silenciós cómodos eran insusos para tí. Cómo dos inútiles pueden ser útiles el uno para el otro. Sin pensarlo bien te has ido al otro lado de mis polos y sin saber por qué ya no nos quieren ver ni juntos, ni arropados. Puedes seguir besando a principesas de cristal que acabarán en mil pedazos en el suelo de tus pies. Tú te pasarás al lado opuesto del asunto y yo te clavaré las uñas de una vez. No me digas que si el tiempo, que si sé.
''No se puede tener todo'' no me jodas, yo más que todo quería un don nadie que supiera responder algún por qué. Y que una cámara de fotos se dedique a ver más putas que ciempiés, y yo qué sé, que me das asco. Cuántas veces un te quiero se fundió en tus labios y yo te lo robé, ahora mirarnos es saber que si salió fue porque yo te lo quité. Pies de barro, el cielo te derretirá.

domingo, 13 de diciembre de 2009

He tocado las estrellas, me dijiste susurrando,

y tenías cicatrices que podían demostrarlo.

Me han dicho las noticias que aparento lo contrario a lo que soy, que la Luna brillará un poco más por hoy. El tiempo arde con Madrid, con sus despistes, con la magia de lo que no hiciste. El mundo está girando al revés, la lluvia cae desde abajo, el cielo nos tiene envidia. Con la música a otra parte y el ritmo en los zapatos. Este frío de esquimal, este viento azul celeste, mis mejillas coloradas, dos millones de miradas. Espero que Peter Pan me salve, o que Alicia me teletransporte, que me hablen de Maravillas encantadas. Let me, let me, let me, get what I want. No me malgastes, no llenes el suelo de mi tiza, no me ates al suelo porque me soltaré. Al despertar lo habré-mos olvidado. Me oigo crecer, siento la edad de la tierra a mis pies, el frío ha roto lo que dijiste ayer. No escucho a los domingos de extrarradio. Cientos de espejos frente a frente, miles de labios enamorados, un millar de besos amoratados.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Que me tiemblen las piernas.

-¿Cuánto tiempo duran tus eternidades?
-Desde que empiezo a parar el tiempo hasta que se me escapa de las manos.
-Yo estaré al otro lado de tu reloj de arena, lejos del tiempo y del espacio, entre el sueño y la vigilia.

Tú me llevas.

Vidas ajenas.

Te espero al amancer antes de que sea tarde, con una sonrisa y con tiempo de sobra. Te beso y te hundes entre mis brazos, siento como te dejas llevar, como te abandonas al instinto. Podría estar así todo el tiempo que fuera, luchando contra relojes de arena y tic-tacs amenazadores. El mundo termina en cada precipicio de tus miradas, en los abismos de tus entrañas. Te siento por las mañanas, te siento al despertar, te siento al sentarme encima de mis corduras, te siento al mirar, te siento en cada esquina, en cada portal, te siento cada tarde, en cada sonrisa inesperada, te siento en los cruces de miradas, te siento en los cielos azules, en los grises y en los naranjas, te siento en cada parpadeo, en cada semáforo, te siento cada noche, te siento en cada luz, en cada luna llena. Te clavas por mis pasillos, me esperas, te sigo, me encuentras tocándote el corazón. Somos un cruce de líneas, un choque de almas. Repaso tus curvas, me clavas tus huellas. Huyamos al polo opuesto. Tú, atenta, dejándome en lo más alto de tu gravedad, yo, rendido, deslizo mis manos hasta el vendaval.

martes, 8 de diciembre de 2009

Te quedas pálido cada vez que ves lo rápido que caes.

Vidas ajenas.

Te empeñas en vivir alejado de el mundo real, te martirizas con todo aquello que no hiciste, con todo lo que aprendiste. Sabes que algo falla, que algo no está en orden. Esperas que vuelva, o esperas un milagro que se lleve todo por delante, algo que nos arrase y te deje sólo con tu mundo. Escondes algo que no sabré jamás, me miras de reojo y a veces de frente y con cuidado. Siempre camuflaste tu miedo escénico debajo de tu capa de superioridad, puedes superarnos, yo veía eso escrito en tu frente, mientras tú mirabas al suelo, o contabas las baldosaso el número de animales que estaban en peligro de extinción, no sé que ha sido de esa manía tuya de ver documentales durante horas y horas. No sé si te conoceré algún día, si me dejarás. Te ves cayendo y entonces escapas. Te queda mucho, mucho tiempo por delante y muchas almas que tocar más que la tuya. Mirarás atrás y verás tu vida en curvas. Ahora, no haces más que caminar en círculos alrededor de su rastro, y te hechas la culpa de no haberle querido cien veces más, y le envidias, le admiras y le añoras, y te vuelcas en su huida. Recuerdo el primer día, tus ojos cansados y tu cuerpo tembloroso avanzando hacia el principio de un hogar más vacío. Con la espalda encorvada y las manos en puños, la vida cortada y los labios insusos.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Nos alzaron en brazos,

descubrimos planetas.
Quizá vuele, o a lo mejor caiga en picado al país de las maravillas. O me retuerza entre gárgolas de plata. O escave entre túneles de corcho. Me enfrentaré a héroes con pies de barro. Me meteré hasta el fin del infinito. No quiero bodas de oro, ni de plata ni de platino, no quiero diamantes ni manicuras. Quiero locuras o corduras, amantes andantes, caminantes. Sol de mediodía, fuego en las entrañas. Seré una nota musical. Serán los efectos secundarios de la fé. Tocaré el cielo con las manos, me lo guardaré en el bolsillo. Se colarán ogros por mi ventana, se rendirán. Me hundiré en cada mirada, como tantas veces, te veré al otro lado de tu alma. Dos espejos frente a frente. Viviré otra vez.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Continental 62.

Nadie nos va a salvar. No ha habido más de lo que hay hoy, así que no me traigas margaritas. Qué mas da perder-se aquí. Qué más da de qué color, tan sólo hay tiempo. Déjame crecer, cambiar, mirar. ¿Dirección? Solución. Hay mucha distancia entre ser, estar y parecer. Soy yo, metamorfoseada por el tiempo; estoy aquí, ahora, a veces ayer, mañana; no quiero parecerme. Buscas la eternidad, tocas tu corazón, bailas sin ton ni són, palpas la desazón, esperas trás tus dos pies. Yo que quería estar rota, ligada a tí, y ahora quiero escapar de mí. Yo que quería ser doblegada por tí, busco restos de memoria que masticar.