martes, 11 de agosto de 2009

Invierno. Frío aniquilador. Piel pálida y pómulos rosas. Abrigo, bufanda. Me querrás tanto como te querré a tí. Seremos felices. Me abrazarás, mirarás mis ojos y susurrarás: "Al fin te encontré." Soñaremos nuestra vida. Pero nuestra vida será un sueño. Tocarás la guitarra, inventarás versos que rozarán tus labios. Tus manos serán suaves, a contraste con las mías. Nuestros silencios serán tan bellos que no valdrá la pena llenarlos de palabras. No necesitaremos nada más. Veremos el mundo en una pompa, con perspectiva. Yo seré tu luna y tú serás mi sol. Llenaremos Madrid de besos, en cada esquina. Nos veremos al alba, cada día. La única melodía que escucharé será tu voz. Me cantarás. Me contarás lo que no me cantes. Nuestro amor será eterno. Como tus ojos, que tampoco tendrán fin. Tu sonrisa será mi musa. Nos conoceremos por una casualidad enlazada a otra casualidad; quizás porque cogemos el mismo autobús, o porque coincidimos a las 7 en clase de inglés, o sencillamente un día te encuentro por la calle y me preguntas: "¿Dónde has estado todo ese tiempo?".


Ayer tuve un año más. Realmente, es un hecho sin importancia. Como los días, un día más, un añó más. Sin embargo, antesdeayer, tenía un año menos que hoy. No fue especial ni distinto a los demás días, pasó, como el resto.

1 comentario: