domingo, 27 de septiembre de 2009

Ella.

Ahora camina entre andenes y miles de trenes que nunca cogió. Y se le escapa la vida pensando que un día todo sucedió. Yo la recuerdo tan frágil pero tan fuerte. Tan bella. Suave en su enorme tristeza. Buscando aquello que nunca encontró. Sonriendo a extraños que no conoció. Decía que recordaba a aquel hombre del que no se olvidó. Y pasando entre tantas piernas y tantos brazos y nunca conforme, nada le inspiró; y ella a tantos...
Su aroma y sus labios. Recuerdo sus ojos, que cambiaban de sabor. Al amanecer miel y al anochecer cielo. Era fugaz, libre y ausente. De nadie. Y era tan bella. Recuerdo al alcohol y al humo que tanto espiró. Dejaba todo por el momento y por la pasión.
Tenía un profundo miedo a envejecer. Pavor. Siempre pensé que era por perder su belleza, pensaba que no tenía nada más que ofrecer. Cuando las arrugas inundaran su piel suave y su pelo abandonara el dorado para pasar a sin color. Pasaba tantas tardes paseando en la lluvia, empapando su cara. Adoraba el invierno. En verano no soportaba el sudor, el calor y el aire paralizado.


Un día marchó. Sin decirselo a nadie. Se fue sola, como llegó. Triste, como nació.

2 comentarios:

  1. El valor para marcharse, el miedo a llegar.
    Dios Dios Dios.
    Me he emocionado. Ha sido entrar y ha sonado Seaside. Ay. Ésa canción ha marcado mi vida, Lady. Demasiado. Jaja
    Siempre dije que con una canción de esas tocada con una guitarra un anochecer en la playa, me trendían rendida. Y después de haber estado en Brighton entiendo todo. Magia, Luz, Seguridad. Fuerza.

    Se me está llendo(yendo?)la perola, creo que tengo que estudiar más las conjugaciones.
    Unbeso, weetjean. (:

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