viernes, 11 de diciembre de 2009

Tú me llevas.

Vidas ajenas.

Te espero al amancer antes de que sea tarde, con una sonrisa y con tiempo de sobra. Te beso y te hundes entre mis brazos, siento como te dejas llevar, como te abandonas al instinto. Podría estar así todo el tiempo que fuera, luchando contra relojes de arena y tic-tacs amenazadores. El mundo termina en cada precipicio de tus miradas, en los abismos de tus entrañas. Te siento por las mañanas, te siento al despertar, te siento al sentarme encima de mis corduras, te siento al mirar, te siento en cada esquina, en cada portal, te siento cada tarde, en cada sonrisa inesperada, te siento en los cruces de miradas, te siento en los cielos azules, en los grises y en los naranjas, te siento en cada parpadeo, en cada semáforo, te siento cada noche, te siento en cada luz, en cada luna llena. Te clavas por mis pasillos, me esperas, te sigo, me encuentras tocándote el corazón. Somos un cruce de líneas, un choque de almas. Repaso tus curvas, me clavas tus huellas. Huyamos al polo opuesto. Tú, atenta, dejándome en lo más alto de tu gravedad, yo, rendido, deslizo mis manos hasta el vendaval.

4 comentarios:

  1. "El mundo termina en cada precipicio de tus miradas" Esta frase es genial.

    Qué bien escribes. Me encanta.

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  2. "tu me llevas, tu me elevas, y no hay luces de semáforo"...(8) me recordó a esa canción aish...

    yo también la siento en cada rincón, en cada autobús y en cada mirada cruzada... buff, me pongo sensiblona!!


    Conclusión : GENIAL

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